(usaba gemelos....)
Esto de los blogs tiene cosas lindas. Una de ellas son las "amistades" (tan sólo virtuales la mayor de las veces) que se generan.
Tengo un nuevo amigo Blogger que dejó un comentario muy lindo cuando hablábamos (yo con cierta maldad debo admitir) del opus. Se trata del Padre Javier Vinces y Hualde.
Lo comparto con los demás.
Natalio
Mi tiempo, amigo Don Natalio, no es oro como el de los abogados. Por eso -y aún a riesgo de ser pesado- quiero observar algo. Yo, que soy bastante "captable", fui introducido en la Iglesia de un modo algo bautismal y violento, sin que nadie me consultase, a las pocas horas de nacer. No solo no lo lamento sino que lo agradezco. Desde que tuve uso de razón comprendí que, una vez dentro de la Iglesia, a uno no le quedaban más que dos opciones: o salirse o dejarse repescar -capturar, captar- voluntariamente cuantas veces sea razonable. A los dieciocho años un cura me dijo que hacían falta curas y -como soy fácilmente capturable- me captó inmediata y fácilmente -intraeclesialmente- para el sacerdocio. Debo decir que no fue una captura violenta -como la bautismal- sino mucho más violenta como la de un flechazo. Para entonces había intentado captarme un montón de gente -drogadictos, homosexuales, algunas chicas que seguramente no estaban bien de la cabeza o de la vista y algún amable fraile- pero no hubo flechazo y salí cura diez años después bastante enamorada y voluntariamente. Repescado intraeclesialmente para el sacerdocio la intraeclesial repesca para el Opus Dei no tuvo ni la violencia esa bautismal ni la otra del flechazo: fue la violencia indescriptible de un amigo que te invita a su casa la que me captó cuando comprobé que era una casa que podía ser la mía. Desde ese momento me convertí en un ser sumamente capturable razón por la cual siempre voy donde me manda mi obispo. Claro que a veces me meto donde no me llaman. Pero en su blog y en esto de hablar del Opus Dei y de mi vocación he entrado porque usted me ha llamado a gritos. Así que debo darle las gracias y pido a Dios que no se arrepienta usted de haberme pescado para su blog y su amistad. ¡Gracias!
Esto de los blogs tiene cosas lindas. Una de ellas son las "amistades" (tan sólo virtuales la mayor de las veces) que se generan.
Tengo un nuevo amigo Blogger que dejó un comentario muy lindo cuando hablábamos (yo con cierta maldad debo admitir) del opus. Se trata del Padre Javier Vinces y Hualde.
Lo comparto con los demás.
Natalio
Mi tiempo, amigo Don Natalio, no es oro como el de los abogados. Por eso -y aún a riesgo de ser pesado- quiero observar algo. Yo, que soy bastante "captable", fui introducido en la Iglesia de un modo algo bautismal y violento, sin que nadie me consultase, a las pocas horas de nacer. No solo no lo lamento sino que lo agradezco. Desde que tuve uso de razón comprendí que, una vez dentro de la Iglesia, a uno no le quedaban más que dos opciones: o salirse o dejarse repescar -capturar, captar- voluntariamente cuantas veces sea razonable. A los dieciocho años un cura me dijo que hacían falta curas y -como soy fácilmente capturable- me captó inmediata y fácilmente -intraeclesialmente- para el sacerdocio. Debo decir que no fue una captura violenta -como la bautismal- sino mucho más violenta como la de un flechazo. Para entonces había intentado captarme un montón de gente -drogadictos, homosexuales, algunas chicas que seguramente no estaban bien de la cabeza o de la vista y algún amable fraile- pero no hubo flechazo y salí cura diez años después bastante enamorada y voluntariamente. Repescado intraeclesialmente para el sacerdocio la intraeclesial repesca para el Opus Dei no tuvo ni la violencia esa bautismal ni la otra del flechazo: fue la violencia indescriptible de un amigo que te invita a su casa la que me captó cuando comprobé que era una casa que podía ser la mía. Desde ese momento me convertí en un ser sumamente capturable razón por la cual siempre voy donde me manda mi obispo. Claro que a veces me meto donde no me llaman. Pero en su blog y en esto de hablar del Opus Dei y de mi vocación he entrado porque usted me ha llamado a gritos. Así que debo darle las gracias y pido a Dios que no se arrepienta usted de haberme pescado para su blog y su amistad. ¡Gracias!
2 comentarios:
Oiga Don SuperNatalio: ¡Qué honor para mí! ¿Está usted contento? Yo sí.
Claro que estoy contento! Y creo que es lo bueno de estas cosas, que nos encontremos en el verdadero dia-Logos.
Respetos.
Natalio
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