Sigo al Gatonegro desde siempre, me gusta su estilo. En este post, que se titula “Dos Tumbas” hace un análisis del futuro electoral en Argentina. A los amigos extranjeros le puede explicar algunas cosas. Sin embargo estoy en desacuerdo. Plantear con alguna “normalidad” a una manga de anormales e innormales me parece que es falso y equívoco.
Ya dije mi opinión sobre Alfonsín padre. Lo mismo vale para el hijo en tanto su padre es meta y medida. Entonces, hablar de gestión o de otras cosas es… no sé. Es como hablar largo sobre los problemas en la visión de un arquero sin brazos. No tiene sentido.
Cobos no tiene convicciones. Ya dije mi opinión, es traidor por naturaleza.
Sanz no tiene peso. Tiene el peso que le parezca que tiene onda. Lo mostró con el aborto y el matrimonio gay (y otros temas)
Sobre la muerte de Nestorio también hablé y a ella me remito. Pero no creo que Moyano esté controlado, que lo del Inadi no salpique ni que lo del parricida (es curioso como la sociedad no se la perdona) esté controlado, ni que el Indec no moleste. De hecho creo que hay algunas roscas temporales en el análisis, pues muchos de los problemas que se mencionan son posteriores y no anteriores a la muerte del marido (y dudo que hubieran salido algunos de ellos con el muerto vivo). No estoy tan seguro de nada. Ni siquiera estoy seguro de que se presente.
Y tampoco estoy seguro de que Alfonsín le gane a Duhalde.
Digo, en política si no se discute no hay diálogo.
Natalio
Ya dije mi opinión sobre Alfonsín padre. Lo mismo vale para el hijo en tanto su padre es meta y medida. Entonces, hablar de gestión o de otras cosas es… no sé. Es como hablar largo sobre los problemas en la visión de un arquero sin brazos. No tiene sentido.
Cobos no tiene convicciones. Ya dije mi opinión, es traidor por naturaleza.
Sanz no tiene peso. Tiene el peso que le parezca que tiene onda. Lo mostró con el aborto y el matrimonio gay (y otros temas)
Sobre la muerte de Nestorio también hablé y a ella me remito. Pero no creo que Moyano esté controlado, que lo del Inadi no salpique ni que lo del parricida (es curioso como la sociedad no se la perdona) esté controlado, ni que el Indec no moleste. De hecho creo que hay algunas roscas temporales en el análisis, pues muchos de los problemas que se mencionan son posteriores y no anteriores a la muerte del marido (y dudo que hubieran salido algunos de ellos con el muerto vivo). No estoy tan seguro de nada. Ni siquiera estoy seguro de que se presente.
Y tampoco estoy seguro de que Alfonsín le gane a Duhalde.
Digo, en política si no se discute no hay diálogo.
Natalio
